En América Latina y el Caribe, las abejas y otros polinizadores son fundamentales: se estima que entre el 2,5% y el 15% del PIB agrícola regional depende del servicio ecosistémico de la polinización.

 

* Esta columna fue escrita por Andrés González, Oficial de Ganadería y Sanidad Animal de la FAO para América Latina y el Caribe, y Dafna Bitrán, Especialista en Biodiversidad de la FAO para América Latina y el Caribe

Los seremos humanos dependemos de los polinizadores para nuestra sobrevivencia, ya que desempeñan un papel vital en la agricultura, en los ecosistemas y en la producción de alimentos. La gran mayoría de los polinizadores son silvestres, e incluyen al menos 20 mil especies de abejas. Solo en Uruguay, cerca de 100 especies de abejas silvestres habitan diferentes ambientes.

 

Sin embargo, están en peligro: son cada vez menos, tanto en número como en variedad, debido a causas multifactoriales, la mayor parte de relacionadas con la acción humana.

 

Amenazas como la deforestación, los plaguicidas y el cambio climático están impactando en la cantidad y variedad de abejas y de otros polinizadores, y sus poblaciones están disminuyendo drásticamente: más de un 40% de las especies de abejas están bajo amenaza de extinción, al igual que un 16,5% de otras especies polinizadoras vertebradas, como murciélagos y roedores.

 

Esto implica un riesgo no sólo para la biodiversidad, sino también para los sistemas agroalimentarios, la producción de alimentos, la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia de millones de personas, que dependen de los servicios ecosistémicos de la polinización.

 

En América Latina y el Caribe, las abejas y otros polinizadores son absolutamente fundamentales: se estima que entre el 2,5% y el 15% del PIB agrícola regional depende del servicio ecosistémico de la polinización.

 

Según un estudio realizado en 2017 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), si los polinizadores desaparecieran, la región podría perder entre el 2% y el 25% de su producción agrícola: países como Argentina, Paraguay y Uruguay podrían perder un 12,5% de su producción, mientras que Chile podría perder el 25% de su producción.

 

Para frenar la disminución de las poblaciones de polinizadores, hay que conocerlos y comprender su aporte fundamental a nuestras vidas. En el contexto actual, es necesaria la reconstrucción para la recuperación post pandemia de los sistemas agroalimentarios: reconstrucción para las abejas y los polinizadores significa apoyar actividades que disminuyan las causas de la pérdida de biodiversidad y el equilibrio ecosistémico.

 

Podemos reducir el riesgo de pandemia al mismo tiempo que salvaguardamos nuestras poblaciones de polinizadores. Para esto, es imprescindible trabajar junto a los gobiernos, la academia, los agricultores, campesinos y la sociedad civil para impulsar formas de agricultura amigables, que en algunos casos provienen del conocimiento ancestral, y que permitan mantener su diversidad.

 

La FAO está trabajando en la elaboración de una base sólida de conocimiento sobre los servicios ecosistémicos de la polinización, e impulsando buenas prácticas de agricultura sostenible que priorizan el manejo efectivo y la conservación de los polinizadores. Esta nueva agricultura permitirá a países de la región lograr una mayor productividad agropecuaria, manteniendo la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas.

 

Además, países de la región como Colombia, Costa Rica, México y Perú se han unido recientemente a la Coalición Global por los Polinizadores; grupo de acción formado en 2016 con la finalidad de crear estrategias y políticas para la protección de los polinizadores a través de planes de acción nacional. En Uruguay, el Ministerio de Ambiente trabaja en una estrategia para preservar y promover a los insectos polinizadores.

 

Proteger a las abejas y a los polinizadores forma parte del enfoque holístico de la agricultura sostenible, que reconoce los vínculos entre la salud humana, animal, vegetal y medioambiental. Esto aumenta la resiliencia de los ecosistemas (incluso ante futuras pandemias) y apoya el crecimiento y el desarrollo ecológico.

 

Sin polinizadores no tendríamos manzanas, peras, duraznos, zapallos, cebollas zanahorias y muchos otros alimentos que se producen en Uruguay.

 

En el Día Mundial de las Abejas, debemos tomar conciencia de que tanto ellas como todos los polinizadores son una de las claves para el desarrollo sostenible del planeta.

 

Fuente: https://www.montevideo.com.uy/Columnistas/Opinion–Las-abejas-son-fundamentales-para-el-futuro-del-planeta-uc787038

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